La depresión es un trastorno del estado de ánimo que afecta a millones de personas en todo el mundo. Aunque es normal experimentar momentos de tristeza o apatía a lo largo de nuestra vida, la depresión va mucho más allá. Se trata de una condición que puede afectar o interferir, considerablemente, en la vida cotidiana, las relaciones personales y la salud en general. Saber si tienes depresión es fundamental para mejorar tu bienestar y en este artículo te cuento cómo identificar sus signos y cómo gestionarla.
¿Cómo puedes saber si tienes depresión?
La muerte de un ser querido, una ruptura amorosa, cambio de trabajo o de ciudad e incluso, el estrés laboral. Son muchos los factores que pueden desencadenar una depresión, pero identificar esta condición no siempre es sencillo. Básicamente, porque la depresión puede manifestarse de diferentes maneras, según la persona. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:
- Estado de ánimo bajo. Puedes saber si tienes depresión en caso de sentir tristeza, vacío o desesperanza la mayor parte del día, casi todos los días, durante un período de tiempo prolongado.
- Pérdida de interés o placer. Dejar de disfrutar actividades que solías encontrar placenteras, como los deportes, aficiones o el tiempo con amigos y familiares.
- Cambios en el apetito o en el peso. Perder o ganar peso de forma significativa y sin razón aparente es un indicador de posible depresión.
- Alteraciones en el sueño. El insomnio, los despertares frecuentes o dormir en exceso también son síntomas de depresión.
- Cansancio o falta de energía. Sentirse cansado de forma constante, incluso después de descansar.
- Sentimientos de culpa o inutilidad. Tener pensamientos autocríticos persistentes y sentirse como una carga para el resto de las personas.
- Dificultad para concentrarse. Problemas para tomar decisiones, recordar las cosas o prestar y mantener atención.
- Pensamientos recurrentes sobre la muerte o el suicidio. Las personas que atraviesan una depresión tienen pensamientos frecuentes sobre la muerte, experimentan deseos de desaparecer o tienen pensamientos suicidas.

Como ya adelantamos, es bastante usual experimentar algunos de estos síntomas cuando se atraviesan momentos difíciles como problemas familiares, con la pareja, el trabajo e, inevitablemente, ante la pérdida de un ser querido. Sin embargo, cuando varios de estos síntomas se experimentan al menos dos semanas, podría ser un indicador para saber si tienes depresión. Es esencial buscar ayuda profesional para obtener un diagnóstico preciso.
Factores de riesgo de la depresión
Aunque cualquier persona puede desarrollar depresión, existen algunos factores que pueden aumentar el riesgo a padecer esta condición. Empezamos con la genética, es decir, tener antecedentes familiares de depresión. Los eventos estresantes, como la pérdida de un ser querido, problemas financieros o conflictos interpersonales también son un detonante.
Las enfermedades crónicas e incluso, los trastornos hormonales, así como alteraciones en los neurotransmisores del cerebro, como la serotonina, también pueden desencadenar cuadros depresivos. Y, por supuesto, el consumo habitual de sustancias nocivas como el alcohol o las drogas.
¿Cómo gestionar la depresión?
Gestionar la depresión puede parecer desafiante, pero hay estrategias efectivas que pueden ayudarte a recuperar el equilibrio emocional. Aquí se incluyen enfoques profesionales, pero también es importante hacer cambios en el estilo de vida.
Busca ayuda profesional
El primer paso para abordar la depresión es pedir ayuda a un profesional, como un psicólogo. De la depresión no se puede salir si no se tienen las pautas adecuadas. Un psicólogo puede ofrecerte psicoterapia para ayudarte a identificar y cambiar patrones de pensamientos. Además, la terapia es un espacio seguro para expresar tus ideas y emociones con total libertad y sin sentirte juzgado por tus pensamientos. Por último, la terapia puede ofrecerte las herramientas que necesitas para gestionar tus emociones de manera efectiva.
Establece una rutina saludable
Para gestionar la depresión es fundamental pedir ayuda profesional, pero esta debe acompañarse de cambios en el estilo y ritmo de vida. La depresión puede desorganizarte, pero crear una estructura diaria puede ayudarte a sentirte más en control:
- Horario fijo. Intenta levantarte y acostarte a la misma hora todos los días.
- Ejercicio regular. Actividades como caminar, nadar o practicar yoga pueden ayudarte a mejorar tu estado de ánimo y, por supuesto, tu salud física.
- Alimentación. Prioriza alimentos ricos en nutrientes esenciales como frutas, verduras y grasas saludables.
- Planifica actividades que sean gratificantes para ti como la lectura, la pintura, el baile o cualquier actividad de ocio que disfrutes, incluso puedes apuntarte a actividades que siempre has querido, pero que nunca te has atrevido a hacer.
Conecta con las demás personas
El aislamiento puede empeorar la depresión, por eso es recomendable, en esta etapa, hablar con amigos y familiares para compartir tus sentimientos y recibir apoyo. No pierdas de vista que pasar tiempo con tus seres queridos también es una forma de distraerte.

Practica la autocompasión
Evita ser demasiado duro contigo mismo. Recuerda que la depresión es una enfermedad y no una elección. Abraza tus sentimientos y emociones y permítete descansar. También es más que recomendable, como ya se mencionó, buscar actividades que te ofrezcan pequeños momentos de alegría.
Establece metas pequeñas
Las tareas diarias pueden parecer abrumadoras si estás deprimido. Divide todos tus objetivos en pasos pequeños y celebra tus logros, aunque parezcan insignificantes. Metas puedes establecerte muchas, como practicar más deporte, aprender un nuevo idioma, etcétera.
Evita el consumo de sustancias nocivas
El alcohol y las drogas pueden empeorar los síntomas de la depresión y dificultar la recuperación. Para manejar el estrés y los días difíciles es recomendable buscar alternativas saludables como la meditación o la respiración profunda.