En ocasiones, hay ciertas emociones que se quedan enquistadas en nuestra mente y que no somos capaces de gestionar.
Cada persona reacciona de una manera distinta a los sucesos traumáticos. Como consecuencia nuestro cerebro procesa esos acontecimientos de diversas formas.
Algunas veces, nuestro cerebro intenta borrarnos esos recuerdos para evitar que sean demasiado dolorosos para nosotros. Podemos entrar en shock debido a esto y revivir estos recuerdos cada cierto tiempo, de forma que disociamos y no relacionamos esos recuerdos con la persona que somos hoy en día.
Esto puede provocar confusión, sufrimiento e incluso situaciones estresantes en nuestro día a día que nos impiden afrontar situaciones totalmente normales y cotidianas. Esto es a lo que se le llama estrés postraumático.
De la misma forma, otra persona puede no dejar de recordar ese suceso de forma continua, lo que provoca una sensación de tormento, cansancio y agobio recurrente.
Muchas veces caemos en el error al tratar de esconder y olvidar estos recuerdos de nuestra mente. No afrontar el trauma de una manera constructiva puede acarrearnos problemas cada cierto tiempo. Algunos problemas que pueden interferir en tu vida al no procesar de forma correcta un trauma son:
Afrontar las consecuencias de estos episodios nunca es fácil, sin embargo, dando el paso podrás aprender a gestionar y vivir con esos recuerdos.
Contactando con un profesional podrás iniciar un proceso seguro en el que encontrar refugio ante muchos de los problemas de los traumas emocionales, dándote acceso a las herramientas que te van a ayudar a sobrellevarlo de manera constructiva y equilibrada.